Así como la piel necesita agua para lucir saludable, el cabello también requiere hidratación constante para mantener su brillo, suavidad y resistencia. Sin embargo, es muy común confundir un cabello seco con uno deshidratado. ¿Sabes diferenciarlos? En este artículo te ayudamos a identificar si tu melena necesita un “vaso de agua urgente” y cómo devolverle la hidratación perdida.
¿Qué es un cabello deshidratado?
5 señales de que tu cabello está deshidratado
- Textura áspera y rígida al tacto, incluso después del lavado.
- Falta de brillo: se ve opaco y sin vida.
- Encrespamiento persistente, difícil de controlar.
- Nudos frecuentes y enredos incluso con el uso de acondicionador.
- Se rompe fácilmente al cepillarlo o peinarlo.
¿Te suena familiar? Si reconoces varias de estas señales, es momento de actuar.
¿Por qué se acentúa en verano?
Durante el verano, el cabello está expuesto a una combinación de factores que favorecen su deshidratación: radiación solar intensa, baños frecuentes en el mar o la piscina, viento, y temperaturas elevadas. Todo esto debilita la cutícula capilar (la capa externa que lo protege) y favorece la pérdida de agua.

¿Qué puedes hacer para hidratar tu cabello?
- Reduce el uso de calor: deja que tu cabello se seque al aire siempre que sea posible y evita el uso excesivo de planchas y secadores.
- Protege tu cabello del sol: usa sombreros o pañuelos si vas a estar al aire libre durante largos periodos.
- Incorpora mascarillas hidratantes a tu rutina semanal: no solo suavizan, sino que también ayudan a restaurar el equilibrio hídrico.
- Evita el lavado con agua muy caliente, ya que abre la cutícula y favorece la pérdida de hidratación.
- Finaliza tu rutina con productos que ayuden a sellar la fibra capilar: esto mantiene la humedad dentro del cabello por más tiempo.
- Mantente bien hidratada: beber suficiente agua también influye directamente en la salud capilar.

Detectar a tiempo la deshidratación del cabello es clave para prevenir daños mayores. Un cabello hidratado se ve y se siente sano, es más fácil de peinar y está mucho más protegido frente a las agresiones externas. Escucha a tu melena y dale el cuidado que necesita, especialmente en las épocas más exigentes del año.